El término “misoginia” viene del griego “odio a la mujer” y así es como se utiliza el término dentro del vulgo. Sin embargo el misógino clínico es un poco distinto.
El misógino clínico es un hombre que NECESITA, DEPENDE y TEME a las mujeres. Realmente es temor patológico a la pérdida de la pareja femenina lo que lleva a las manifestaciones de violencia del misógino.
En las primeras etapas de la relación te encontrarás con un hombre atento, sensible, romántico. Posiblemente con un trabajo estable y financieramente holgado. El hombre casi ideal… Sin embargo, este tipo de hombre querrá que relación avance sumamente rápido, en cuestión de semanas o meses estará dispuesto a la convivencia o el matrimonio.
Una vez que el misógino crea que tiene el control sobre “su mujer”, empezarán las agresiones psicológicas. Estos hombres son sumamente controladores, al principio lo harán de forma muy sutil y romántica, luego lo harán de forma brutal.
A diferencia del perverso narcisista, el misógino pedirá perdón de rodillas a su pareja después de un despliego de violencia, ya sea, física o verbal. Dirá que es su culpa. Sin embargo no habrá cambio y las agresiones irán in crescendo.
Estos hombres temen ser abandonados, criticados o perder el amor de su pareja. ¡Cuidado! Eso no les quita que sean agresores.
Claves para detectar un misógino:
son “demasiado buenos para ser cierto”
quieren que la relación avance demasiado rápido
son controladores
habrá abuso psicológico sutil desde el principio, críticas, desplantes.
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