Carta a mi Madre Narcisista

"Crecer es aprender a decir adiós"






Si le estoy escribiendo esto no es porque piense que van a cambiar las cosas entre las dos para bien, lo hago porque necesito desahogarme, poner las cosas en blanco y negro y mirarlas de frente, para ya no tener ni la más mínima duda que el problema es ud., no yo. Qué usted es la narcisista que se ha paseado en mi vida desde que nací. Que gracias a ud. no tengo ni la menor idea de cómo relacionarme con la gente por un constante miedo a que me hieran.

Toda mi vida creí que el problema era yo, la drogadicta, la mal portada, la malagradecida, cuando realmente lo que pasó es que ud. nunca me quiso porque nunca satisface sus deseos narcisistas. Nunca estuve a la altura de sus caprichos, empezando por el color de piel pues siempre fui “la negra trompuda”. Las noches que me hice daño de niña poniéndome una prensa de ropa en la nariz para que se me estilizara. 

Si estuviera escribiendo esta carta para dársela aquí la dejaría, porque para qué, si su mundo gira alrededor suyo nada más, como tantas, tantísimas veces me lo ha dicho a mí, siendo esta una proyección. Si a ud. se le rompe una uña es un holocausto, pero si a mi se mete el agua a la casa, es mi culpa por venirme a vivir aquí.

Esta carta es para mí, para sanarme yo, y quitarle la máscara a ud. Y si algún día por aberración del destino de forma honesta se pregunta porque no le volví a hablar, aquí va a tener su respuesta.
Tengo muy pocos recuerdos de niña, me acuerdo una vez que andaba detrás suyo por la casa porque quería estar a su lado, ud. me miró y me dijo que parecía un perrito faldero detrás suyo. Y me fui a mi cuarto.

No me acuerdo de nada de cuando vivíamos en la casa de mi abuelo, de “papi”. Solo que varias ocasiones desperté sin pijama desnuda en la cama y ud. lo que hizo fue regañarme.
De niña nunca entendí porque no tenía yo papá, siempre fue algo que no entendí. Y llegué a pensar que mi padre había sido un agresor, pues eso fue lo que ud. me dió a entender. Lo que sí es, es un cobarde por dejarme con ud. e irse de mi vida así no más.

Recuerdo muy bien la vez que estábamos dentro del carro en Cañas, y yo le dije a ud. que Rolando me había tocado más de una vez, que me pegaba y me hablaba horrible, a lo que ud. respondió defendiendo a su marido, “piense bien lo que está diciendo porque puede desgraciarle la vida a una buena persona”. Él, el pederasta la buena persona, y yo, la niña mentirosa. Así puso usted los papeles, y así se mantienen en su mente a la fecha. Porque si no, tendría que reconocer que ud. fue cómplice del abuso emocional, físico, psicológico y sexual de su propia hija, solamente porque ese mal nacido de su marido la trata a ud. bien, en palabras suyas. “cómo él a mí me trata bien…” Y lo justifica y defiende ahora diciendo -"es que está enfermo"-,... eso lo explica, pero no lo condona.

Pues sí,  ud. permitió por años que ese tipo a mi me manoseara, me metiera los dedos dentro la vagina y hasta tratara de violarme. Noche tras noche dormí con un cuchillo debajo de la almohada y cada vez que trataba de hablar con ud. lo defendía. Yo siendo su única hija, estando sola, en esa casa, donde la mujer que supuestamente me tenía que defender permitía día tras día que se me abusara de cualquier forma que al tipo se le ocurriera. Y ningún daño que me haya hecho él se compara al dolor, el quebranto, la soledad y el miedo que provocó su desentendimiento, indiferencia y negativa ante lo que estaba pasando. 

Una vez, creo que fue solo una vez, nos acabamos de pasar al apartamento, yo era una niña Rolando se sentó en la cama con los pantalones abajo, me hizo hincarme delante de él y me la metió en la boca. Recuerdo levantarme, limpiarme y salir corriendo con lágrimas en los ojos, mientras lo oía reirse diciendo -"venga, porqué llora".... Solo ebria había podido contar esto..., me acordaba solo cuando estaba ya muy pasada de tragos y me costó mucho traerlo a la luz. No se cuantas veces pasó, ni de que formas distintas, por dicha casi no me ha acuerdo de nada, solo veo fotos y siento ese hueco por dentro, un hueco de soledad, tristeza, de vergüenza, de no entender¿porqué?, porqué ud. me había llevado a vivir con ese hombre, porqué lo defendía siempre a él, porqué me había dejado ud. a mí sola.
Hasta se lo dijo una de las psicólogas, y ud. lo que salió diciendo fue que la psicóloga lo estaba inventando y manipulándome porque uds. habían sido compañeras de universidad y ella le tenía envidia… ¡qué enferma que es ud!

Pero ud. es la gran madre abnegada, que me ha brindado todas las oportunidades.

La noche que me trate de suicidar, lo intenté varias veces. Inyectándome aire en las venas, cuando eso no funcionó me inyecte tequila, 16 años… Luego traté de guindarme en el baño, me paré en lavamanos y se quebró. Empezó a inundarse el baño, y el lavamanos se hizo en pedacitos, tomé uno de ellos y me corté las muñecas. Lo recuerdo tan claro. Me senté y vi como el agua se teñía de rojo y como pensé que se me iba la vida y me sentí feliz que ya todo iba a terminar. Pero abrieron la puerta del baño y terminé en el psiquiátrico. Y ud diciendo que yo había hecho todo eso para llamar la atención. No señora, yo me quería morir, porque ya no soportaba vivir con todo el dolor que tenía dentro.

Si no hubiera sido por “papi” ud. me hubiera dejado metida en el psiquiátrico, así mismo me lo dijo ud.
Después de todo esto siguieron mis problemas con drogas y luego me fui a Europa donde la comunicación con ud. fue mínima y realmente por un tiempo estuve bastante contenta. Me he recriminado muchas veces haber vuelto. Si, yo cometo errores, como todo ser humano.

Poco después de haber ingresado al Taller Nacional de Teatro me fui a vivir sola, luego la relación con Andro que no fue la mejor. Sin embargo me gradué del taller y realmente la actuación, el teatro de gustaba mucho, e hice todos los planes para irme a Argentina a estudiar cine, me quedé literalmente con una maleta de ropa. Sin embargo “papi” enfermó y no me fui, solamente para que el día siguiente a cuando no había vuelta atrás en la decisión, ud. tuviera una discusión con “papi” porque él me quería dar más plata mensual de la que ya me estaba dando, yo le dijera a ud. que eso no era problema suyo, qué que importaba. Y su marido alzara una silla al aire y me amenaza de quebrármela en la cabeza. Yo lo que hice fue defenderme con un cuchillo. Para que ud. se metiera, él me  agarrara las manos mientras ud. me pegaba en la cara. Luego ud. llamó a la policía y me dijo que me iba a acusar de intento de homicidio...  En el mismo velorio de “papi” el imbécil de Rolando trató de hacerme problema, pero yo me fui.

No pude ir a estudiar a Argentina, no pude estar los últimos días con mi abuelo y me quede con una maleta, en la calle. Y tuve que quedarme en la zona roja de San José hasta que se depositó lo usual.

Nos volvimos a hablar porque tuve problemas con las tarjetas de crédito, y el cuento de ir a ver a “mami”. Ud. con ese gran amor que de repente apareció por su madre, al mismo tiempo que “papi” había dejado el dinero de los locales comerciales a nombre de “mami”, pero el dinero debía ser dividido entre las tres.

Ud. nunca me dio lo que me correspondía, siempre con la excusa de cuidar a “mami”, pero a “mami” nunca se le contrató una enfermera privada, una terapeuta, se le pagó un centro de ancianos…, nada. Solo al final de sus días le pagó enfermera porque no tuvo de otra, pero la mayoría de los cuidados fueron por medio del seguro social.

Cuando ud. fue regidora nunca me invitó a ningún evento, para el Festival de la Luz siempre prefirió llevar a otra gente, aludiendo -”deporsí eso a ud. no le gusta, verdad”-. Así  siempre ha sido para todo, cualquier fiesta, cualquier reunión, nunca, nunca recibí una llamada de invitación, siempre me dejó por fuera., par después decir: -"ud. sabe que no necesita invitación"-...

Cuando “mami” murió vi la oportunidad económica de deshacerme de ud. y todo el mal que me hace tener el más mínimo contacto con ud., por eso presioné para que se diera la venta de los locales comerciales, pero cuando ud., por cosa suya, decidió darme lo que realmente me correspondía de la venta, eché para atrás en mi decisión de cortar, pensé, quise, fantasee de nuevo en poder tener una buena relación con mi mamá. Ese error no lo vuelvo a cometer NUNCA más.

El bar que quise poner con Javier, ud. como abogada y como mi madre debió proteger mis intereses, pero no, su consejo fue una sociedad 50-50 porque según ud. yo soy una vaga que no quiere trabajar y agarra  a la gente de esclava, nuevamente eso es una proyección de su propio comportamiento,no el mio. Y cuando las cosas no salieron, perdí el bar y según sus palabras: " fue culpa mía por haberlo hecho 50-50…, y haber elegido un imbécil como socio"..., solo esa parte si es mi responsabilidad.

Luego lo de la casa, donde todos los abogados que han visto el caso dicen, afirman, que el o los que me llevaron el asunto por vía penal en primera instancia debieron haber estado confabulados con la empresa para dejarse mi plata, de lo malo del trabajo, y luego ud. dice -“no me da la gana”- cuando le pido ayuda legal. ¿Cuánto se dejó ud. de la pérdida de mi casa?

Mi finca la puso a nombre de su amiga Roxana sin mi consentimiento, sin que yo me diera cuenta, yo estaba confiada firmando porque lo estaba haciendo con mi madre, eso hizo que la venta de la misma se perdiera y literalmente yo pasara hambre. Y ud. lo excusara diciendo que lo había hecho para protegerme...

Sus constantes críticas sobre mi casa, mis perros, mi vida hicieron que me sintiera como una mierda, y que pensara que todo el mundo pensaba igual. Mis perros salvan mi vida todos los días, de la nube negra de dolor que dejó ud. desde que nací.

A pesar de todo esto le seguí hablando, ¿porqué?, porque yo tengo un problema de codependencia, todos sus abusos y los de su marido me dejaron el yo hecho pedazos. Porque estoy quebrada tanto emocional como monetariamente. Porque a pesar de todo ud. es mi mamá y la amo con todo mi corazón y ha sido siempre mi deseo que ud. me quiera, que podamos salir al cine y tomar un café. Que a ud. le guste andar conmigo. que ud. me quiera. Porque ud. es mi única familia.

Hasta he aguantado salir a almorzar con el mal nacido de su marido por pasar tiempo con ud.
Pero yo ya abrí mis ojos, y me ha dolido años de aceptación el saber que simplemente ud. no tiene la capacidad para tener una relación sana y amorosa.

Ya no más, yo tengo derecho a ser feliz y ud. es una narcisista patológica que nunca va a cambiar, que nunca va a empatizar y que nunca me va a amar. Y por eso la necesito de forma permanente fuera de mi vida.

Y seguro el d[ia que ud. llegue a leer esto gritar[a a los cuatro vientos que todo es mentira, que yo estoy loca...

Yo se que ud. sufrió mucho, que le destrozaron su identidad de forma más perversa que a mi, por eso tuvo que crear toda la mentira narcisista, y en el proceso convertirse en un monstruo. Pero yo no tengo porque ser su víctima ni un segundo más. Lo siento mucho por todo su dolor, pero pongo mi vida y mi felicidad de primero y hoy ma, te digo adiós.

7 Pasos para Superar al Vampiro Emocional




Dependencia Emocional es también llamada Adicción al Abuso. 
Los que somos víctimas de vampiros emocionales, sea cual sea su específico desorden de personalidad, tenemos "algo" que nos hace vulnerables a caer en sus aberraciones. 

Algunos nacimos de una madre narcisista, otros bajo otro tipo de abuso. Y todos esos años de dolor, sufrimiento, mentiras nos han dejado marcados, y en muchas ocasiones, con pocas excepciones, no dejan vulnerables ante otros agresores. Por eso se ve que el circulo de agresión se repite una y otra vez.
No es nuestra culpa, así como no es culpa del conejo haber nacido conejo, pero tiene que tenerlo claro, para no volverse comida de un depredador.

Este es el primer paso, el más difícil de todos, aceptar que tu eres una persona propensa a ser depredada por un agresor. Y que tu vampiro es un agresor o agresora, ponle el rótulo que le corresponde a tu vampiro emocional, mírale la cara al monstruo.

Ted Bundy dijo que el sabía quien sería "una buena víctima" con solo verla caminar. La única diferencia entre un asesino en serie y un perverso narcisista es su nivel de agresividad, pero ninguno de los dos ni a nivel emocional, ni mental y tampoco fisiológico funciona como una persona normal.

Los narcisista y psicópata no tiene un buen funcionamiento de la amígdala, que regula la empatía. Es decir, no sienten a ningún nivel la empatía. Literalmente les importa un bledo el mal que hacen. Es un depredador en busca de presa.

Si ya has tenido problemas con un vampiro emocional las probabilidades que te topes con otro son altas. Tenlo claro.

Segundo paso:
Edúcate, lee sobre el tema. Busca terapia,grupos de ayuda.

Tercer paso:
Vamos a hacer, por escrito, un inventario de todo lo que nuestro vampiro emocional nos ha hecho. Le vamos a quitar la máscara.

Cuarto Paso:
Date el permiso para cuestionar los paradigmas con los que has vivido por tantos años y te darás cuenta que el “ruido” del narcisista no te permitía escuchar tu propia voz interior.

Quinto Paso:
Medita y haz ejercicio. Ambas prácticas mantienen a la depresión al margen y te fortalecen en tu proceso de recuperación.

Sexto paso:
Si puedes, entra en NO CONTACTO con el vampiro emocional. Si no puedes, empieza a crear tu salida. Habla con quien tengas cerca de la verdad de lo que pase. Aunque 100 no te crean, pero uno lo hará y te ayudará. ¡Fuerza!

Sétimo paso:
Escribe a diario pensamientos positivos, tus propias cualidades. Una vez que te liberaste del vampiro tienes que sanar y autoprotegerte. No brinques a otra relación porque lo más seguro será otro monstruo. 
Tómate tu tiempo, conócete, enamórate de ti mismo, aprende amarte tal cual eres y te aseguró que todo estará bien.

Es un proceso..., lo importante es que lo logres y conozcas la libertad.







El Narcisista y sus Hijos e Hijas



Los hijos de los narcisistas manejan una culpa tremenda, viven una disyuntiva, llegan incluso a creer que algo no anda bien en ellos que ni su propia madre o padre los quiere. En su libro: “You’re not crazy- it’s your mother” (“No estás loca- Es tu madre”), Danu Morrigan, lo llama “un abuso invisible” que ni siquiera el perpetrador y la victima son conscientes de lo que ocurre…el narcisista no toma sus acciones como un abuso, porque no olvidemos su patrón de grandiosidad hace que se crea perfecto(a) e incapaz de dañar a los demás y la víctima de abuso, no se da cuenta, porque la han manipulado para creer las mentiras de su madre o padre, llega a internalizar que todo es su culpa y siente que está perdiendo la razón. Ocurren dos tipos de abuso concomitantemente, el maltrato propiamente dicho y la negación de que este maltrato haya pasado.

Las víctimas de abuso narcisista suelen mostrar inseguridad, constantemente están buscando que les confirmen que no están cometiendo un error o han malentendido algo. Su auto-confianza ha sufrido tanto que tienen problemas para tomar decisiones sencillas. 

Se aíslan de los demás, tras años de manipulación dirigida a que duden de su propio buen juicio (gaslighting), se deprimen y se acostumbran a ser maltratados porque creen que se lo merecen. Sentimientos de desesperanza, ya que la sociedad juzga la apariencia y los narcisistas son expertos en dar la “imagen” correcta, y pues, la víctima es quien queda en el papel de desquiciado.

No tienen su identidad clara, no saben lo que les gusta o cómo dirigir su vida…se han pasado la vida entera entregando su alma al servicio del narcisista, que nunca llegaron a ocuparse de sí mismos, y en los años de la adolescencia estaban muy ocupados sorteando la competencia impuesta por el padre o madre, que no hubo tiempo para desarrollar su propia identidad.

El hijo, la hija del Vampiro, su más desdichada víctima





Los hijos e hijas de narcisistas son los que llevan la peor parte, pues para sanar hay que renunciar a la propia familia, al propio sistema que se conoce; al nacer dentro del sistema disfuncional el niño es más vulnerable y fácil de manipular. El tipo de abuso sufrido por un hijo en el seno familiar es más insidioso y ocurre de manera encubierta (aunque tanto o más dañina que la manera más directa de maltrato infantil).

Los hijos de los narcisistas sufren un abuso que pasa desapercibido muchas veces por vecinos, profesores, compañeros de escuela y parientes que no viven bajo el mismo techo. Muchos de ellos tuvieron un techo donde vivir, comida sobre la mesa, atención médica básica, estudios y ropa para vestir, pero carecían totalmente del amor parental nutritivo que provee seguridad. Estuvieron tan ocupados intentando danzar al ritmo del humor cambiante de su padre o madre narcisista que luego de adultos no saben quiénes son ni qué quieren en realidad. Les dieron mensajes totalmente arbitrarios sobre cómo debían pensar y qué debían sentir, obviamente para satisfacer las necesidades del narcisista.

Maltrato psicológico infantil, que consiste en actos no accidentales, verbales o simbólicos, realizados por un progenitor o un cuidador de un niño que provoquen o generen una probabilidad razonable de causar un daño psicológico en el niño. (En esta categoría no se incluye el maltrato físico ni los abusos sexuales).

Entre los ejemplos de maltrato psicológico infantil cabe citar el amonestar, menospreciar o humillar al niño, amenazarlo, quitarle o hacerle abandonar-o decirle que le van a quitar o a hacer abandonar- a personas o cosas que el niño quiere, recluirlo. 

El padre o madre narcisista requiere mantener eternamente el control, y para conseguirlo, manipulará, comprará personas, en fin, lo que sea necesario para mantener la sumisión de sus víctimas.

En la familia del narcisista hay división entre los hermanos, cada conversación está triangulada y no hay alianzas entre ellos; el narcisista crea competencias y celos entre hermanos, escogiendo uno o varios para cargar con todas las culpas del sistema familiar (el chivo expiatorio).

La proyección se convierte en el pan nuestro de cada día; todos los defectos del narcisista serán proyectados al niño. Todas sus fallas serán culpa del niño, creando adultos codependientes, esclavos al servicio de la depredación emocional y psicológica del narcisista.

Los hijos de madres y/o padres narcisistas deben cortar todo contacto con ellos. Es literalmente una prisión invisible de manipulación en la que se mantiene a la víctima.

Los vampiros emocionales, los perversos narcisistas mantienen el poder sobre sus víctimas por años, aunque el contacto hay sido roto. Un encuentro, una conversación, un tono amable envuelto en manipulación, y vuelves a caer en el mesmerismo. Una vez identificado el monstruo debe ser visto y entendido como tal, aunque sea tu propia madre. Y así como no te le acercas a un lobo salvaje porque sabes que te mata, tampoco volverás a acercarte al torturador de emocional, porque sabes que te destruirá.

Los narcisistas son como las drogas, cuando dejas mucho tiempo de consumir y vuelves a usar, los efectos nocivos son mucho mayores, posiblemente mortales. De igual forma con los narcisistas, entre más perdonas, y más oportunidades das peor su vuelve su perversidad. Entre más amor les das, más despiadados, malvados, despiadados se vuelven.

Los Pasivo-Agresivos



El perfil agresivo pasivo se esconde en su silencio como arma arrojadiza. Como filo de coacción. Son esos momentos en que le preguntamos a la otra persona qué le ocurre. Y él o ella nos responde aquello de “nada”, con una expresión en su rostro que demuestra rabia y desprecio.

Falta absoluta de cooperación, suele ser muy habitual, el hecho de no responsabilizarse de muchas cosas deja a estas personas en una situación de falso poder. Su inmovilidad le da pie para juzgar a los demás. Evitan no involucrarse en muchas cosas, como queriéndose aislar en su propia esfera de perfección. Desde donde criticar al resto. Existe de hecho una expresión popular muy acorde para esta característica: “Es como el perro del hortelano, ni come ni deja comer”.

Fingir que siempre está distraído/a. Es posible que más de una vez, ya sea a nivel de pareja o con otra persona, hayas percibido a esas personas que dicen “no escucharte bien” cuando les hablas. Que cuando te diriges a ellos/as están mirando a otro lado, como atendiendo otros aspectos, sin percibir que les estás hablando. Es, un modo de manipulación muy sutil.

Disimulan sus enfados. Es otra estrategia muy común. Sabemos que están molestos o molestas por algo, sin embargo nos reafirman que no es así. Levantan un muro donde evitan cualquier conversación repitiéndonos que están bien, mientras intuimos su incomodidad.

Son hábiles artistas del sarcasmo: puede que no nos digan qué les ocurre, qué les molesta. Pero sin embargo, desplegarán unas dotes implacables para el sarcasmo. Ahí donde atacarnos, donde lanzar pequeñas flechas a nuestra autoestima, a nuestro equilibrio e integridad. Es algo muy recurrente en el perfil pasivo-agresivo.

La victimización. Otra técnica indispensable en toda relación tóxica. Al ser personas que no saben expresar sus emociones, decir en voz alta qué les molesta o qué quieren, caen queriendo o sin querer en una clara victimización. Según ellos, son los menos atendidos y respetados, ellos el centro de ese universo incomprendido donde sus parejas, ejercen las peores artes posibles para hacerles infelices.

El Cinismo



El cinismo es una forma de pensar y dialogar, una retórica que facilita el actuar del perverso. Entendemos en general por cinismo la exposición de una serie de propuestas basadas en una mentalidad negativa, nihilista. El narcisista trata de explicar que ciertas cosas en las que cree el otro no valen la pena.

Hay que diferenciar cinismo de ironía, sarcasmo, escepticismo. No se trata de pesimismo tampoco. Aquel que funciona con cinismo trata por todos los medios de desmantelar, de desestructurar la moral del otro, probando las supuestas incoherencias o falsedades de aquellos en que la víctima cree, ya sea para saciar su necesidad de perversión, de depredación y su ego.
 
El término permite hacer referencia a la impudencia, la obscenidad descarada y la falta de vergüenza a la hora de mentir o defender acciones que son condenables. 

Con el tiempo, el concepto de cinismo fue mutando y hoy se asocia a la tendencia de no creer la bondad y la sinceridad del ser humano. La actitud cínica está vinculada al sarcasmo, la ironía y la burla. Todas formas de agresión emocional. 

Cuando nos encontramos con una persona cínica, que se burla abiertamente, aunque de forma intelectualizada, de quien tenga al lado, es muy probable que estemos en presencia de un perverso narcisista.

La Perversión Narcisista



Los perversos narcisistas actúan en una relación con otro tratando de manipularlo, buscando dominarlo y conducirlo hacia los objetivos que se proponen. Uno de los aspectos es que todo este manejo aparece disimulado ; un segundo elemento es la costumbre que tienen los perversos de funcionar de una manera muy secreta, muy discreta. En general, cuando un perverso revela a su víctima que lo estuvo manejando es para mostrar su superioridad sobre ella, en un afán de burla. 

Otro tipo de satisfacción entra allí en juego: la voluptuosidad , es decir la satisfacción, la excitación extrema en la conducta en relación con el otro. Experimenta satisfacción, goce, viendo cómo su víctima se siente avergonzada y humillada cuando se da cuenta que fue engañada . Es por ello por lo que la actitud primera es de secreto. Ahí aparece un tercer elemento: la noción de triunfo.  El perverso no solamente desafía a los otros, si no que en la búsqueda de su superioridad experimenta una suprema satisfacción. 

Los otros no son considerados como personas sino objetos de manejo. Eso no quiere decir que el otro sea ignorado o que desaparezca como en el autismo o como en las psicosis; el otro existe en la medida en que puede servir los designios del perverso, si la víctima deja de ser útil, si deja de ser sustento para la perversión, es eliminada. Muchos suicidios son realmente víctimas de perversos narcisistas llevadas a su propia muerte.

El perverso es en cierta medida un buen vendedor. Suele halagar en primer lugar al otro de tal manera que se sienta superior, que encuentre en el interlocutor alguien que lo comprende como nunca fue comprendido. Esta relación perversa va mas adelante confirmarse en forma de contrato implícito lo mismo escrito, cuyo objetivo reside en que la relación pueda continuar aun cuando la víctima del perverso no quiere ya proseguirla.

Patología del Sádico




El sadismo (término derivado de Sade, escritor y filósofo francés del siglo XVIII) alude, en general, a la obtención en una persona de placer derivado del dolor de otro ser vivo. Aunque la obra literaria del marqués de Sade tiene connotaciones principalmente sexuales, el sadismo no tiene un carácter exclusivamente sexual.
Cuando el sadismo tiene carácter sexual se considera que es una parafilia. Consiste en una forma de obtener excitación y placer sexual causando dolor físico o humillación. El sadismo implica impulsos sexuales y comportamientos que implican actos reales, no simulados ni fantaseados, como en el sadomasoquismo, sin el consentimiento de la pareja como en el sadomasoquismo. En estos el sufrimiento psicológico o físico y la humillación de la víctima es lo que genera la excitación sexual.
Se reconoce componentes sadomasoquistas normales en todos los seres humanos y aunque parezca incorrecto, toda persona nace con cierta actividad sádica, siempre dentro de unos límites. Si se sobrepasan, se convierte en parafilia y, por tanto, en una enfermedad.
Las fantasías sexuales sádicas suelen comenzar en la infancia y los actos comienzan a la edad adulta joven. El curso suele ser estable, pero los periodos de estrés o depresión, pueden hacer que se incremente el deseo de avanzar en prácticas cada vez más violentas.
Muchas personas con estas tendencias sexuales tienen antecedentes de trastornos mentales. Los que con más frecuencia aparecen asociados al trastorno sádico de la personalidad son:
  • Consumo de sustancias psicoactivas.
  • Trastorno depresivo.
  • Trastorno disritmico.
  • Los trastornos de la personalidad narcisista y antisocial, causados por haber sufrido abuso sexual o alteraciones hormonales.
Estos actos o fantasías sádicas pueden ser: inmovilizar físicamente a la víctima, darle una golpiza, azotarla, pincharla o perforar el cuerpo con objetos punzantes, atarla con los ojos vendados a la cama o contra un objeto firme, quemarla con cigarrillos, aplicarle descargas eléctricas, intentos de estrangulación, obligar a la víctima a arrodillarse, etc.
La violación con penetración anal y vaginal violentas forman parte de los actos sádicos posibles. pueden estar acompañados por la escasez de potencia sexual, aunque no en todos los casos, pero algunas formas de cacería, persecuciones o incluso golpear a los niños, son signos evidentes de esta falta. Hay casos en que se deben realizar en cada uno de estos actos.

A veces los crímenes seriados con o sin descuartizamiento y ocultamiento de los cadáveres, obedecen a etapas peculiares de la vida del sádico, como la muerte de un progenitor, el duelo por una decepción amorosa o cualquier otra experiencia.
Muchas sociedades han llegado a transformar algunos de estos actos de crueldad en festejos colectivos, como es el caso de la tauromaquia, el circo romano o la tortura y ejecución públicas de los condenados. En donde la violencia es no solo permitida, si no que idolatrada, el sufrimiento es sinónimo de entretenimiento creando una costumbres y comportamientos donde la violencia es el centro.
Cuando vemos casos de abuso, violación, inclusive tortura contra un niño, lo primero qué nos preguntamos es “cómo es posible?”. Todo el colectivo humano vive en estado mental en donde la violencia es idolatrada, y pan de cada día. Ciertamente no ha todos afectará de la misma forma, sin embargo como sociedad todos somos responsables de las muertes y tortura de todos los niños asesinados brutalmente, porque todos somos co-partícipes de la sociedad de violencia que crea literalmente monstruos.
El cambio comienza en uno, y seguro que no cambiará el mundo mañana, pero se habrá avanzado un paso. Todos debemos hacer lo que sea que esté en nuestras manos para evitar horrores como el de Yanela Medina, de 11 años. Y no es con más policía, leyes que se logrará, es con un cambio de costumbres, pasatiempos, conductas asociadas a la violencia sean re dirigidas a conductas de cooperación y paz.